Esta mañana, poco antes del mediodía, en el Salón Azul del Senado , en un acto por demás conmovedor encabezado por el Secretario General de la Asociación del Personal Legislativo ( APL), Norberto Di Próspero  y el vicepresidente Amado Boudou,  la APL hizo entrega de la “Rosa de Plata a la Mujer Trabajadora”, premio anual que se otorga en conmemoración del Día Internacional de la Mujer. Un premio especial emocionó y sorprendió al auditorio: la señora Martha Ermirinda Mezzullo Vda. de Di Próspero, madre de nuestro secretario general, fue galardonada con la Media Luna de Plata.

El acto había comenzado a desarrollarse dentro de lo que ya es un verdadero estilo en cada entrega de la Rosa de Plata. Esta vez, las galardonadas eran Margarita Inés Galarza, una recicladora de elementos, y Noelia Gazella, una joven maestra jardinera que tiene síndrome de Down.

Encabezada por el titular del Senado, Amado Boudou, y el secretario general de APL, Norberto Di Próspero, la ceremonia se inició con la habitual apertura a cargo de este último. Precisamente Di Próspero, para destacar el rol de la mujer, aludió a su historia personal. Y recordó la lucha de su madre cuando, en los aciagos días de la última dictadura, su padre fue secuestrado. Entonces, contó, la señora Martha debió ponerse al frente de la familia y trabajar para mantenerla, al mismo tiempo que luchaba denodadamente para recuperar sano y salvo a su marido, el recordado “Colorado” Di Próspero quien, ya reconquistada la democracia, fuera concejal de Tres de Febrero.

Frente a un destacado auditorio integrado, entre otros, por varios senadores y diputados nacionales; los representantes de ATE Congreso y UPCN, y todo el secretariado de APL, Di Próspero señaló: “En la actualidad las mujeres tienen bien ganado el espacio que ocupan en la sociedad y no se pueden discriminar ni discutir sus capacidades. Pero falta mucho por hacer para profundizar en el avance de la realización de todos sus derechos”.

“Nos genera una gran emoción brindarles un homenaje a las mujeres en este día histórico en el que se recuerda el compromiso de aquellas trabajadoras que dieron sus vidas por la igualdad y la justicia. Consideramos que las mujeres tienen que estar ni adelante ni detrás de los hombres, sino al lado, ocupando su lugar”, concluyó Di Próspero.

Recibido su premio, Margarita Inés Galarza agradeció a “Virginia y a Rogelia”, responsables de la cooperativa que le abrió sus puertas y dijo estar “orgullosa” por la distinción que aún sostenía en su manos. Y la joven docente Down Noelia Gazella agradeció “a Norberto Di Próspero; a las autoridades de la Cámara y a las del gobierno de Córdoba”, y luego emocionó a todos cuando envió “un saludo a todas las mujeres presentes” y les pidió “que no pierdan la fuerza”.

El acto estaba a punto de concluir: solo quedaba el cierre a cargo de Amado Boudou. Pero de pronto Di Próspero fue informado de que debía entregar un premio más. Fue entonces cuando, para sorpresa de todos, comenzando por el propio titular de APL, la locutora anunció a “la señora Martha Ermirinda Mezzullo de Di Próspero” quien llegó acompañada por sus nietos Facundo y María Sol Di Próspero, ambos hijos de Norberto.

Conmovido en lo más íntimo, el titular de APL apenas si pudo tomar el premio y entregárselo a su madre, para luego abrazarse a ella por varios minutos, sin lograr pronunciar palabra, ante el aplauso y la emoción de todos los presentes. A los 76 años, luego de tanta lucha, tanto sufrimiento y tanta entrega, su madre recibía un premio tan merecido como inesperado. Seguramente –habrá imaginado Di Próspero- desde algún lugar, su querido y siempre presente “Colorado” estaría aplaudiendo a la compañera Martha, su compañera de toda la vida.

A su turno,  Amado Boudou apenas pudo articular sus palabras. “Lo importante –señaló-es que se siga trabajando por la igualdad de las mujeres, como se hace en APL, donde cada una de las mujeres que allí se destacan trabajan con igualdad y compromiso”. Y concluyó destacando que “APL es un gremio lleno de vida”. “Tan lleno de vida como la compañera Martha” debe haber pensado Di Próspero, quien ya concluido el acto, aún seguía visiblemente emocionado.